Porque el cine está lleno de magníficas historias e imágenes. Meters and meters of celluloid stories.
martes, marzo 31, 2009
Los cuatrocientos golpes. Truffaut
Pero hay que tener en cuenta otro de los críterios para hablar de cine, no solo el tema sino la forma. Tiene algunas escenas geniales, aquí os dejo algunas.
La picaresca española
Uno se presenta como Pablo Mármol y dice que está siempre enfadado (¡la primera en la frente!). ¿Pablllou Marmoul? Yes, yes, Pablo Mármol. Somos pícaros, lo llevamos en la sangre, en la casta. Nos gusta ser intelectualmente superiores. Cuando tenemos un amigo extranjero lo primero que le enseñamos son insultos, le tomamos el pelo y ponemos motes. Somos como Sancho Panza: Pícaros pero buenazos.
Otro capítulo aparte son los asiáticos. Se dice eso de "trabajas como un chino". Pues es cierto. Ya sea chino, coreano o camboyano trabajan con gran efectividad y pretenden que todos a su alrededor hagan lo mismo. Pues, lo siento señorita "Hu Si Ann", soy incapaz de asimilar semejante taco de hojas, países e ideas en dos días. Pero a ellos como si nada.
Los américanos, norteamericanos... ¡La superioridad de la raza! Realmente creen que es misión de su país hacer que el resto del planeta funcione. Los países son incapaces de aclararse, necesitan nuestra ayuda.
Esta bien esa variedad. ¡Viva nuestro mundo!
lunes, marzo 23, 2009
El Padrino. Comienzo
jueves, marzo 19, 2009
Fallece la actriz Natasha Richardson
Según la Agencia Reuters:
"Richardson llevaba hospitalizada en Nueva York desde el martes, acompañada de su marido, el actor Liam Neeson, sus dos hijos Michael, de 13 años, y Daniel Jack, de 12, y miembros directos de su familia.
"Liam Neeson, sus hijos, y toda la familia están sorprendidos y devastados por la trágica muerte de su amada Natasha. Están profundamente agradecidos por el apoyo, amor y rezos de todos y piden privacidad durante estos tiempos difíciles" dijo el portavoz de la familia Alan Nierob en un comunicado."
El actor y su mujer, también actriz, se conocieron durante el rodaje de la película Nell.
Desde aquí me uno a eso apoyo del que habla Alan Nierob.
martes, marzo 17, 2009
Claroscuro
A veces juzgamos a las personas por la primera impresión y nos dejamos llevar por esas sombras que percibimos.
María del Rincón
Pero detrás, o desde otro punto de vista, ese aspecto queda iluminado. Y sale a relucir lo brillante e intenso. Nada es blanco o negro. Las personas tienen sus luces, sus sombras. Y es uno de los tesoros de la vida darse cuenta de eso.
El tercer hombre
martes, marzo 10, 2009
Sabios consejos para el viajero norteamericano
Un año mi tío Melik viajó de Fresno a Nueva York. Antes de subir al tren su tío Garro le hizo una visita y le previno de los peligros de viajar.
- Cuando subas al tren- le dijo el anciano-, escoge con cuidado tu asiento, siéntate, y no mires alrededor.
- Sí, tío- dijo mi tío.
- Momentos después de que el tren se haya puesto en marcha- dijo el anciano-, dos tipos con uniforme se acercarán por el pasillo y te pedirán el billete. No les hagas caso. Serán impostores.
- ¿Y cómo lo sabré?- preguntó mi tío.
- Lo sabrás- dijo el anciano-. Ya no eres un niño.
- Sí, tío- dijo mi tío.
- Cuando aún no hayas recorrido ni treinta kilómetros, un joven amable se acercará a ti y te ofrecerá un cigarrillo. Dile que no fumas. El cigarrillo llevará droga.
- Sí, tío- dijo mi tío.
- Cuando te dirijas al vagón restaurante una joven muy bonita se tropezará contigo intencionadamente y casi te abrazará- dijo el anciano-. Se deshará en disculpas y te parecerá muy atractiva, y tu impulso natural será cultivar su amistad. Vence tu impulso natural y entra y come. La mujer será una aventurera.
- ¿Una qué?- dijo mi tío.
- Una puta- gritó en anciano-. Entra en el vagón restaurante y come. Pide los mejores platos, y si el vagón está lleno, y la joven bonita se sienta frente a ti en la misma mesa, no la mires a los ojos. Si habla, tú hazte el sordo.
- Sí tío- dijo mi tío.
- Hazte el sordo- dijo el anciano-. Es la única manera de librarte.
- ¿De librarme de qué?- preguntó mi tío.
- De un lío tremendo- dijo el anciano-. Yo he viajado y sé de qué hablo.
[…]
-Cuando salgas del vagón restaurante para volver a tu asiento- dijo el anciano-, pasarás por el vagón de fumadores. Allí habrá una partida de cartas empezada. Los jugadores serán tres tipos maduros con los dedos llenos de anillos caros. Al verte te saludarán con simpatía y uno de ellos te invitará a entrar en la partida. Tú sólo diles: «No hablar inglés.»
[…]
- Cuando te acuestes por la noche, saca tu dinero del bolsillo y mételo en uno de tus zapatos. Esconde el zapato debajo de la almohada, mantén la cabeza sobre la almohada toda la noche, y no duermas.
- Sí tío- dijo mi tío.
- Eso es todo- dijo el anciano.
El anciano se marchó y al día siguiente mi tío Melik subió al tren para cruzar los Estados Unidos hasta Nueva Cork. Los dos tipos con uniforme no eran impostores, el joven del cigarrillo con droga no apareció, la joven bonita no se sentó frente a mi tío en la misma mesa del vagó restaurante, y en el vagón de fumadores no había ninguna partida de cartas empezada. Mi tío metió su dinero en un zapato, escondió el zapato debajo de su almohada, apoyó la cabeza en la almohada y no pegó ojo en toda la noche la primera noche, pero la segunda noche abandonó el ritual.
El segundo día fue él quien le ofreció un cigarrillo a otro joven, y éste se lo aceptó. En el vagón restaurante mi tío se desvió de su camino par ir a sentarse a la mesa de una joven dama. Inició una partida de póquer en el vagón de fumadores, y mucho antes de que el tren llegara a Nueva Cork mi tío conocía ya a todos los que viajaban en él y todos le conocían a él. En una ocasión, mientras el tren pasaba por Ohio, mi tío y el joven que le había aceptado del cigarrillo y las dos chicas que iban a Vassar formaron un cuarteto y cantaron «The Wabash Blues».
Fue un viaje muy agradable.
Cuando mi tío Melik regresó de Nueva York, su anciano tío Garro fue a verlo de nuevo.
- Veo que tienes buen aspecto- le dijo-. ¿Seguiste mis instrucciones?
- Sí, tío- dijo mi tío.
El anciano se quedó con la mirada perdida en la lejanía.
- Me alegro de que alguien haya podido sacar provecho de mi experiencia- dijo.
William Saroyan. Me llamo Aram.
domingo, marzo 08, 2009
No conseguí el dinero, y tampoco la mujer.
Dear Keyes: I suppose you'll call this a confession. I just want to set you right about one thing you couldn't see, because it was smack up against your nose. You think you're such a hot potato as a claims manager, such a wolf on aphoney claim. Well, maybe you are, Keyes, but let's take a look at this Dietrichson claim, Accident and Double Indemnity. You were pretty good there for a while, all right. You said it wasn't an accident. Check. You said it wasn't suicide. Check. You said it was murder. Check and double check. You thought you had it cold, all wrapped up in tissue paper, with pink ribbons around it. It was perfect, except that I wasn't, because you made a mistake, just one tiny little mistake. When it came to picking the killer, you picked the wrong guy, if you know what I mean. Want to know who killed Dietrichson? Hold tight to that cheap cigar of yours, Keyes. I killed Dietrichson. Me, Walter Neff, insurance agent, 35 years old, unmarried, no visible scars (he glances down at his wounded shoulder) until a while ago, that is. Yes I killed him. I killed him for money -and a woman- and I didn't get the money and I didn't get the woman. Pretty, isn't it?”
Billy Wilder. Perdición.
Siguiendo mi camino. Leo McCarey
Todo empezó con una tirada de la moto de un profesor invitado al ciclo de cine. No sabía ni quien era Leo McCarey.
El padre O'Malley (Bing Crosby) llega a la parroquia de St. Dominic y no agrada demasiado al viejo párroco, el padre Fitzgibbon. Poco a poco va haciendose un hueco en el corazón de los más jóvenes. Sus métodos son la alegría, el servicio y la música.
En una época en que el cine (y la sociedad) estaba inundada de pesimismo, Siguiendo mi camino da un giro de 90 grados y se ganó el favor del público y la crítica. Compitió en los Oscar de 1945 con Perdición de Billy Wilder y le arrebató todas las estatuillas.
El cine negro imperante en Hollywood abrió paso a una película llena de luz y esperanza. Es una película sobre personas. La trama no hace que los protagonistas pierdan fuerza ni los deja en la sombra.
Una película para quienes disfrutan con las historias de personas cercanas, para quienes buscan un poco de esperanza, para quienes creen que el mundo se puede cambiar empezando por lo que tenemos cerca y para quienes vibran con la música.