Porque el cine está lleno de magníficas historias e imágenes. Meters and meters of celluloid stories.
jueves, octubre 06, 2011
La terra trema: Episodio del mare (Luchino Visconti, 1948)
Ha pasado bastante tiempo (unas cuantas semanas) desde que vi la película de Visconti. No sé bien qué decir, qué contar; pero sé que vuelven a mi recuerdo una y otra vez esas escenas de barcos, esas callejuelas italianas, esos pescadores de Sicilia.
La película quiso ser una muestra de la pureza a la que podía llegar el cine. Un ejemplo de neorrealismo llevado hasta los últimos principios. La cinta de unas tres horas fue rodada en el pueblo de Aci Trezza, en sus calles, para devolver al cine esa fuerza que tiene la propia realidad. Y no solo las localizaciones son reales, sino también los personajes. En La terra trema no hay actores, ni uno. Así como en otras películas se empleaban actores y gente de la calle, aquí los protagonistas son los pescadores del pueblo. Y, además, no hablan italiano, sino un dialecto propio de la zona.
He de reconocer que cuando me contaron esto, no me apetecía nada dedicar tres largas horas a ver la miseria de unos pescadores sicilianos. Y tuvo que aparecer un profesor para "forzarme" a verla. Revolvió entre decenas de VHS hasta encontrar el raro ejemplar de cinta un tanto desgastada. Y cuando conseguí rebobinarla y las imágenes del pueblo de noche comenzaron a aparecer en la pantalla, no pude apartar la vista de esos cuadros costumbristas, de esas postales sicilianas.
Los pescadores pescan sinceramente, las mujeres limpian sus casas realmente, los niños... También ellos trabajan. La película muestra un gran problema social, en ocasiones de forma un tanto exagerada (los mayoristas son casi inhumanos a diferencia de los personajes de De Sica), pero muy cercana. Acabamos siendo parte de la vida y muerte en ese pueblo. Con la naturalidad de la vida misma. Todo en el film huele a realidad, tiene un aroma documental difícil de explicar. Aunque en este caso, quizás lo difícil de explicar sea que no se trata de un documental. Hay una planificación y una historia, como también hay en los documentales. Los protagonistas son reales, no actores; pero son personajes y es eso lo que nos devuelve al cine de ficción. No hacen de ellos mismos, no viven sus vidas sino que están actuando. Aunque he de decir que no es tan sencillo. Es en películas como esta cuando se percibe esa frágil y delgada línea entre la ficción y la realidad.
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