jueves, diciembre 18, 2008

Una lección genial


Hay profesores que se mojan, hasta el fondo, por sus alumnos. Lo más importante deja de ser la materia, para ser cada persona. Quieren que cada uno mejore, que cada uno luche. Y tienen fe en que esos muchachos llegarán lejos, pondrían la mano en el fuego por ellos.

Por suerte, tengo uno de esos profesores. Quiere sacarle partido a cada palabra que dice. ¡Piensen, piensen! Porque lo que le importa no es que aprobemos sino que saquemos matrícula de honor como personas. Y el último día lo dice muy claro.

Os animo a que peleéis por conseguir vuestra voz. ¿Y eso cómo se hace? Con convicción, con criterio, con amor a la verdad, con saber reconocer cuando os equivocáis, con saber reconocer al enemigo cuando tiene razón y, en definitiva, no instalándoos en la comodidad sino peleando por cambiar.

No quiero que os quedéis con una imagen deprimente, lo que quiero decir es que todo esto de aquí, todo de lo que hemos hablado, tiene solución y la solución está en vosotros. No del todo, puede ser, pero sí en gran medida.

Tenéis que conseguir ser gente de criterio, gente de convicciones. Gente que se empeña en la argumentación y que no soltéis un sofisma. Porque, en definitiva lo que necesitamos ahora en el siglo XXI es personas que sean capaces de cambiar el mundo para bien, para mejor, para que sea cada vez un mundo más justo, para que sea cada vez un mundo mejor donde triunfe el bien, la verdad y la vida.

Así que si os ha quedado claro, nos vamos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado mogollón! Así que, Oh! Capitán mi capitán, nos ha quedado claro y ya nos podemos ir. Bueno, en serio; muy guay!

María Del Rincón Yohn dijo...

Estoy en Logroño. No es El club de los poetas muertos es El club del Rocher muerto

María M dijo...

cada día tengo más ganas de ponerle la cara...jajajaja

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