martes, junio 30, 2009

Los cínicos no sirven para este oficio


Se supone que tendría que haber dejado atrás el curso, las clases, los profesores... Pero la Comunicación, más bien la Facultad de Comunicación, se empeña en no dejarme marchar de vacaciones. Y lo mejor es que no me importa lo más mínimo.

El otro día fue la licenciatura de los de cuarto de Comunicación, y una servidora con varias compis (porfis, porfis) fuimos a ayudar en la organización. Neutramente uniformadas pudimos ayudar en el aperitivo y otros eventos de mayor relieve.

La ceremonia de licenciatura fue uno de esos momentos de exulte comunicacional. Los alumnos en sus discursos ensalzaban (cantaban las bondades) de sus respectivas licenciaturas. Después en unos discursos llenos de cariño y agradecimiento explicaron por qué habían escogido a sus padrinos. A veces parece que los alumnos no agradecemos las clases ni lecciones varias del profesorado, pero es que "las cosas se valoran de verdad cuando se pierden". Y robándole estas palabras al profesor padrino de la promoción aprovecho para manifestar mi agradecimiento.

Ya a las puertas de mi año escocés me doy cuenta de lo genial que han sido estos dos cursos. Me dan pena esos alumnos que se contentan con ir a los exámenes y aprobarlos para poder decir: "Soy licenciado en...". Pues se han perdido lo mejor: las lecciones magistrales, no sólo académicas sino de vida y comportamiento.

Y sé que en otras facultades no son tan fanes de sus profesores, en otras casi les hacen reverencias por los pasillos, pero en Comunicación una de las enseñanzas clave es aprender a valorar el mundo que nos rodea. Y para alguien que se dedica a los medios de comunicación puede ser complicado por todo lo que ve y el ambiente en que se mueve. Ya lo decía un gran periodista: "Los cínicos no sirven para este oficio". Hace poco me llamó la atención un artículo de Pérez-Reverte en el que afirmaba lo siguiente:
"Un buen periodista podía pasar sin despeinarse de Arriba a Informaciones, o al revés. Lo redimía el higiénico cinismo profesional."

No me parece buen periodista (apliquese a cualquier buen comunicador, ya se dedique a informar, entretener o persuadir) aquel que se escuda en el cinismo. El mundo puede carcomer el ánimo de quien lo vive a fondo. Los comunicadores se obligan a vivir cientos de vidas cada vez que investigan o hablan sobre otra persona, pero no por ello hay que tirar la toalla.

Y en palabras de Kapuscinsky de nuevo, y tomadas después por el padrino de promoción: "Para ejercer el periodismo ante todo hay que ser buena persona". Una meta alta que promete profesionales comprometidos con la realidad.

lunes, junio 29, 2009

Historia de una escalera

Todo tiene su lado hermoso. Incluso las escaleras de incendios que nadie quiere en sus fachadas guardan un lado oculto, a todo se le puede sacar provecho.


viernes, junio 26, 2009

The ultimate gift

El otro día en un "gran evento" vi una película que me gustó mucho: The ultimate gift. No es que ya esté obsesionada con el inglés ni nada así, simplemente no está traducida al español.
- ¡Ah! Si no está traducida al español, será una película friki y de minorías.
En realidad es una americanada total. Pero con eso no digo que sea la típica comedia adolescente.

La trama tiene un comienzo poco original: Funeral, familia montada en el dólar, reparto de herencia y un joven nieto al que el abuelo le deja un regalo que debe conseguir superando unas pruebas. Desde el principio, cuando empiezas a saber de qué va el juego del abuelo, uno intuye que el chico acabará cambiando (así que no desvelo ningún secreto). Ahí me parece que a la película le falta un poco de verismo (al pobre chaval no le podían pasar más cosas así de casualidad) pero que la recupera quitando dramatismo a algunas escenas:

En los momentos más intensos y dramáticos el guionista los resuelve "quitando peso". Y ahí es cuando engancha a las personas normales. No son lloros, dolor y sufrimiento sin control. No se sacan kleenex al por mayor sino que cuando has abierto el paquete sueltas una risa nerviosa.

Otro de los puntos fuertes: el mensaje de fondo. Sí, es posible ser feliz comprometiéndose de verdad, sin un cochazo, sin dinero y ayudando al resto olvidándose de uno mismo. Pero no quiero seguir machacando la película, así que os recomiendo que la veáis. Eso sí, cuando llegue la escena final, recomendación: le sobran los 10 últimos segundos. Americanada total que te deja con ese último recuerdo. Sobra.


Os dejo el trailer de la película.

miércoles, junio 24, 2009

Un verano entero por delante

Por fin y también por desgracia, sólo en parte, han acabado los exámenes y el curso. Después de estas últimas semanas intensas llenas de arte, publicidad y boletines radiofónicos cambiamos de actividad. He de decir que entre los apuntes de mis asignaturas encontré material interesante para nutrir el blog, poco a poco.

Pero, lo dicho, a cambiar de actividad. Besos, despedidas, remates de última hora y a descansar. Y, ante todo, a aprovechar el tiempo más que nunca. Porque el verano es muy corto y es cuando más cosas se nos ocurren hacer.
Sugerencia: Hacerse una lista de cosas a hacer. Leer todos esos libros que nunca conseguiste abrir en el curso, investigar sobre temas que te interesan, escribir, sacar fotos, viajar...
Bueno, algunos tienen que estudiar, otros hacer papeles y desempolvar idiomas. Vamos, que cosas que hacer hay. Claro que también hay que descansar, ir a la playa, tomar el sol y subir montes, pero no es lo único.
¡Viva el verano y su tiempo!

jueves, junio 11, 2009

Las historias interesantes

"Hay dos situaciones que producen historias interesantes: cuando una persona extraordinaria vive en circunstancias ordinarias, y cuando una persona ordinaria interviene en hechos extraordinarios."

domingo, junio 07, 2009

Música en las calles

Son artistas, tienen un don, un talento. En sus hogares se escuchaba música. A su llegada a España no tienen más sitio que las calles. Llenan el casco antiguo con sus notas, alegran las tareas del resto esperando unas monedas que les permitan vivir un poco mejor.


En La Vuelta del Castillo se sienta un joven rumano con su acordeón. Toca siempre la misma canción de la que la gente solo percibe unas pocas notas. Se quita la gorra para hablar conmigo. El año que viene regresa a su país con su familia.

Jalu toca la marimba en Carlos III. Deja de tocar cuando ve que me acerco y antes de decirle nada se dirige a mí.
- ¿Cómo estás? -Me pregunta mientras me tiende la mano- Hace frío. ¿Tú tocas?



Ioan y su compañero tocan el acordeón en un portal. También son rumanos y se alegran cuando me acerco a ellos. Observan cada movimiento que hago y siguen con la mirada a la gente que pasea sin mirarles. Cuando me alejo me despiden amablemente.

























Las notas de sus acordeones, de su marimba y su bongo suenan por todo Pamplona. En cualquier lugar, buscan un público agradecido y generoso. Agradecen que alguien les mire a los ojos.






jueves, junio 04, 2009

¡La supremacía del Parlamento!

No, no estoy loca. Solo un poco tocada por los exámenes. Pero como me parecía que nuestra amiga la rata llevaba mucho tiempo chupando frontal del blog he decidido hacer una pequeña contribución por el bien de la democracia.

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