En La Vuelta del Castillo se sienta un joven rumano con su acordeón. Toca siempre la misma canción de la que la gente solo percibe unas pocas notas. Se quita la gorra para hablar conmigo. El año que viene regresa a su país con su familia.
Jalu toca la marimba en Carlos III. Deja de tocar cuando ve que me acerco y antes de decirle nada se dirige a mí.
- ¿Cómo estás? -Me pregunta mientras me tiende la mano- Hace frío. ¿Tú tocas?
- ¿Cómo estás? -Me pregunta mientras me tiende la mano- Hace frío. ¿Tú tocas?
Ioan y su compañero tocan el acordeón en un portal. También son rumanos y se alegran cuando me acerco a ellos. Observan cada movimiento que hago y siguen con la mirada a la gente que pasea sin mirarles. Cuando me alejo me despiden amablemente.
Las notas de sus acordeones, de su marimba y su bongo suenan por todo Pamplona. En cualquier lugar, buscan un público agradecido y generoso. Agradecen que alguien les mire a los ojos.
3 comentarios:
Ey, Rinco! Me ha encantado! Las fotos son super chulas, muy guay!
estas fotos me suenaaan!
son super bonitassss!!!!!
que guay!!!!!!!!mola!!!!es super bonito!!!
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